El 18 de marzo de 2020 conocimos la triste noticia que llegaba de la voz de Ana Julia Torres, quien cuidó al león Júpiter por casi 20 años. El felino había fallecido la tarde ese miércoles.
La odisea comenzó cuando las autoridades de la oficina administrativa de gestión medioambiental (Dagma) decidieron separar a Júpiter de su cuidadora y enviarlo al zoológico los Caimanes en Montería, Córdoba. En ese lugar, el hijo de Ana, estuvo por más de 10 meses, pero por abandono de las autoridades falleció de tristeza.
Ana Julia Torres, que cuidó al animal por casi dos décadas, dijo en una entrevista con America24horas.com que sintió un instinto de madre por ver a Júpiter. «Estaba enferma me apliqué una inyección en cada nalga y me fui a verlo», cuenta Torres a este medio internacional.
Al llegar al Zoológico, Ana Julia se encontró con un Júpiter moribundo, su costillas pegadas al torso. Se podían contar cuántas eran.
De inmediato inició una campaña en las redes sociales para denunciar lo que estaba sufriendo el león que había criado desde que tenía 3 meses de nacido.
«Era como el llamado de un hijo a su madre: venga a verme morir o sálveme», dijo Torres con sentimientos encontrados al recordar todo lo que sufrió el león que tanto amó.
Ana, a quien Júpiter le daba abrazos y besos, denunció los tratos crueles a los que fue sometido el felino. Indicó que la jaulas donde se encontraba era de 25 metros, mientras la que tenia en el refugio Villa Lorenas que es de su propiedad, era de aproximadamente 200 metros cuadrados.
«Esa jaula era un cuarto de lo que era su jaula en Villa Lorena. Era un tierrero y estaba lleno de mosca y hormigas, no estaba apta para él», dijo Torres a América24Horas.
Cuando las autoridades de la oficina administrativa de gestión medioambiental (Dagma) decidieron separar a Júpiter de Ana, el felino pesaba más de 200 kilos.
«Cuando lo vi en ese estado yo quería entrar a verlo pero no me dejaron. Fue uno de los días más eterno de mi vida», cuenta Torres.

Tras una dura campaña, Ana logró que Júpiter fuera trasladado a Cali, de donde nunca debió salir. Las Fuerza Aérea colombiana habilitó un avión para movilizarlo. El felino estaba tan mal que no fue necesario sedarlo.
«Cuando lo sacamos de ese lugar tan horrible Júpiter estaba moribundo pero se paró y se vino hacia mí. No sé de dónde sacó fuerza y yo le dije ya nos vamos mi amor», relata la mujer que lo paseaba en su carro y le celebraba cumpleaños.
Luego de su llegaba a Cali, Ana Julia hizo todo lo posible para mantenerlo con vida. A diario lo visitaba ya que su residencia queda ubicada en otro municipio.
«Iba todos los santos días a verlo, a decirle que resistiera. Que yo lo amaba».
Júpiter estuvo varios días bajo disposición del Dagma, donde le hicieron los exámenes médicos y se encontraba poco estable pero lamentablemente murió el 18 de marzo.
Tras la situación en Colombia a causa de la pandemia por el nuevo coronavirus, el caso se paralizó y el cuerpo del felino de 20 años duró más de 120 días congelado.
El caso pasó a manos de Fiscalía donde se inició una investigación para determinar las causas de su muerte. Pasaron cuatro meses hasta que el Ministerio Público revelara las causas de su fallecimiento.
«Murió por un fallo multisistémico provocado por una cardiopatía, una enfermedad renal crónica y un cáncer multicéntrico con daño hepático crónico», esa fueron las conclusiones de la Fiscalía General de Colombia.
Consultada por America24horas.com si las autoridades le habían entregado el cuerpo de Júpiter para ser enterrado en Villa Lorenas, el refugio de Ana Julia que tiene más de 26 mil metros cuadrados, esto contestó:
«Yo pensaba hacerle otra necropsia. No quería quedarme con la versión de la Fiscalía. Pero como lo cremaron fue imposible hacerle otra».
Torres confirmó a America24horas.com que le entregaron dos bolsas de 2 kilo cada una con las cenizas de León que tanto amó.
«No me avisaron que lo iban a cremar. Me molesté mucho, me sentí ofendida y agredida. Mis derechos fueron vulnerados porque yo era la mamá de Júpiter», denunció. «Simplemente me llamaron y me dijeron estas son las cenizas y me las entregaron«.
Torres se pregunta porqué si ella cuidó a Júpiter por más de 19 años las autoridades no le entregaron el cuerpo.
Consultada si había quedado conforme con los resultados de la necropsia dijo que no por que «yo quería hacerle otra necropsia y lo hubiera enterrado en el refugio Villa Lorena».
«Yo acepto que (Júpiter) tuviera todas esas enfermedades. Pero lo que quiero es que se llegue a fondo del porqué el llegó a ese estado. Si ellos se llevaron a un animal completamente sano, ya que para llevárselo ellos (El Dagma) le hicieron exámenes. Si se llevaron un cuerpo sano porqué en 10 meses llegó a esa condiciones».
¿Cuáles fueron las causas que argumentó el Dagma para llevarse a Júpiter?
Villa Lorena es un refugio que cuenta con más de 25 mil metros pero cuando llueve demasiado «nos inundamos pero nunca ha pasado nada», pero según los funcionarios los animales corrían riesgo y querían buscarle un mejor lugar, pero fue todo lo contario con Júpiter ya que no pudo estar en mejor sitio que en su casa. Eso se comprobó en el estado que fue encontrado por su cuidadora.
Ana denuncia que el león estaba en condiciones deplorables. «No tenía veterinario, cuando yo llegué allá estaba era un niña bióloga, muy joven. Júpiter no tuvo una atención veterinaria en el estado que se encontraba».
Ana Julia Torres espera que el caso Júpiter no quede sin justicia y que los responsables de quitárselo asuman las responsabilidad pertinentes.
