Cortesía FBK
Ekaterina Andreeva, la histórica presentadora del principal noticiero de la televisión estatal rusa Pervyy Kanal (Canal Uno), no solo es una de las caras más reconocidas de la propaganda del Kremlin: también es ciudadana de Honduras. Así lo reveló una reciente investigación de la Fundación Anticorrupción (FBK), organización fundada por el fallecido opositor ruso Alexéi Navalni.
Según el informe, Andreeva obtuvo la ciudadanía hondureña en 2005, un año después de que su esposo, Duško Perović —de nacionalidad serbia y montenegrina—, recibiera ese mismo pasaporte centroamericano. El dato salió a la luz a partir de un poder notarial que la presentadora otorgó a un abogado local en Honduras.
La periodista, que lleva décadas difundiendo la narrativa oficial del régimen de Vladímir Putin, vive en la práctica fuera de Rusia. Trabaja en turnos quincenales en Moscú y luego abandona el país inmediatamente, pasando sus días libres en Montenegro, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Finlandia, Serbia, Uzbekistán y otros destinos europeos.
FBK señala que Andreeva pasa gran parte del tiempo en una lujosa villa de la localidad turística de Sveti Stefan, en la costa montenegrina, propiedad de su esposo desde 2015. Además, recibió la ciudadanía honoraria de Montenegro en 2011 «por servicios especiales al país», un gesto que ahora la fundación pide revocar.
El informe también menciona operaciones sospechosas vinculadas a su hija Natalia, quien vive en Letonia. Según FBK, en 2022 recibió casi un millón de rublos del gobierno de la República Srpska, una entidad serbia de Bosnia que mantiene relaciones con Rusia. Además, manejaba un BMW que terminó en manos de un empleado de Pervyy Kanal.
La Fundación Anticorrupción anunció que solicitará la inclusión de Andreeva en las listas de sanciones internacionales y exhortó al gobierno montenegrino a retirarle su ciudadanía honoraria. Por el momento, tanto Canadá como Ucrania ya han sancionado a la presentadora.
Esta revelación expone nuevamente las contradicciones de la élite rusa: mientras promueven el nacionalismo extremo y atacan a Occidente, muchos de sus voceros más visibles acumulan pasaportes extranjeros y llevan estilos de vida de lujo fuera de Rusia.
Con información de Current Time