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El líder opositor ruso Aleksei Navalny cumple el jueves tres meses desde que fue asesinado por las autoridades rusas, ha denunciado su viuda en reiteradas oportunidades.
«Hoy se cumplen tres meses del asesinato del líder de la oposición rusa Alexei Navalny», dijo la Fundación Anticorrupción de Navalny (FBK), prohibida en Rusia.
«La lucha contra Putin y su régimen corrupto le costó la vida a Alexei. Incluso mientras era torturado en una prisión rusa, Navalny criticó valientemente al dictador sediento de sangre y la guerra que inició», añade la organización en su cuenta de X.
Desde que Navalny murió en prisión, los países occidentales han impuesto sanciones contra varios funcionarios rusos.
«No podemos derrotar a Putin sancionando a algunos funcionarios y empleados anónimos de bajo nivel del servicio penitenciario federal ruso. Lo que se necesita es atacar sus billeteras, sus activos extranjeros, sus oligarcas y otros aliados que financian la terrible y sin sentido guerra en Ucrania», afirma FBK.
El Servicio Penitenciario Federal Ruso anunció la muerte de Navalny el 16 de febrero. Los investigadores entregaron el cuerpo de Navalny a su madre, Lyudmila Navalnaya, recién el 24 de febrero. Las fuerzas de seguridad persuadieron a la mujer para que enterrara a su hijo en secreto. El político fue enterrado el 1 de marzo en el cementerio Borisov de Moscú.
Los aliados de Navalny, junto con varios gobiernos occidentales, denuncian que fue asesinado por órdenes directa del presidente ruso Vladimir Putin.
De hecho, la viuda de Navalny, Yulia, afirmó que las autoridades rusas posponían la entrega del cadáver porque estaban esperando a que desaparecieran de su cuerpo las huellas del Novichok, el agente nervioso privilegiado por la Inteligencia rusa para matar a disidentes y opositores.
En agosto de 2020 sobrevivió a un intento de envenenamiento con Novichok, del que acusó a Putin.
Navalny se había convertido en el principal líder opositor y adversario del presidente de Rusia, Vladímir Putin, sobre el que desveló escándalos y al que desafió abiertamente a pesar de los riesgos a los que se exponía.
Unos días antes de su muerte, fue enviado por 27ª vez al Shizo, una habitación con condiciones de detención aún más duras que las de las celdas normales.
Después del asesinato de su marido por parte de las autoridades rusas, Navalnaya dijo que continuará con el trabajo de Navalny.
Tras su funeral, el equipo de Navalny enfatizó que la oposición continuará su lucha contra la corrupción y el aparato de poder de Putin.
Tras la muerte del político, se realizaron manifestaciones de luto en las ciudades rusas, cuyos participantes fueron detenidos en masa por agentes de policía.