Blinken y Zelensky. Foto: Archivo
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, descartó la posibilidad de que Kiev quede bajo control ruso, al tiempo que afirmó que un choque directo entre fuerzas rusas y occidentales no responde a los intereses estadounidenses.
“Esto no sucederá, esto nunca sucederá”, dijo Blinken en una entrevista con la televisión francesa, respondiendo a una pregunta sobre la posibilidad de que Kiev quede bajo el control de Moscú.
“Al comienzo de la agresión rusa en 2022, aceptamos la posibilidad de la caída de Kiev”, explicó Blinken. “Pero gracias a la increíble resistencia del pueblo ucraniano y al apoyo brindado a Ucrania por Estados Unidos, Francia y otros países, el deseo de Putin de conquistar todo el país, borrarlo del mapa y convertirlo en parte de la gran Rusia no se ha materializado. y no se materializará”.
Al mismo tiempo, Blinken repitió su afirmación anterior de que “no habrá tropas estadounidenses en suelo ucraniano”.
«Desde nuestro punto de vista, esto nos acercará a un conflicto directo con Rusia, que queremos evitar», afirmó. «Esto no es de nuestro interés ni de nuestros aliados».
«Para nosotros, esta es una cuestión de interés nacional», continuó Blinken. – Un conflicto directo con Rusia no es de nuestro interés. No creo que esto beneficie a ningún miembro de la OTAN. Pero al mismo tiempo, hay una determinación, una convicción de que debemos hacer todo lo posible para apoyar a Ucrania y hacerlo no sólo este año, sino también en los años venideros”.
Se preguntó al jefe de la diplomacia estadounidense si sería útil la posible participación del presidente ruso, Vladimir Putin, en la próxima reunión del G20 en Brasil.
“Si hay consenso entre todos los miembros [del G20], entonces sí”, respondió Blinken. «En esta situación, es difícil ver cómo esto puede ser útil y cómo se puede lograr un consenso entre los miembros».
«La idea nunca fue excluir a Rusia ni a Putin», explicó el diplomático estadounidense. – Son las acciones, son las políticas de Rusia y Putin las que determinan lo que sucede en las relaciones de Rusia con el G20, el G7 y el mundo. Entonces, si la política cambia, no podemos descartar nada. El problema es que por el momento no tenemos pruebas de que la política (rusa) esté cambiando”.
Servicio ruso de VOA