Dictador bielorruso Lukashenko jura para su séptimo «mandato»

Cortesía presidencia bielorrusa

El dictador bielorruso, Aleksander Lukashenko, tomó juramento para un  séptimo «mandato» presidencial el 25 de marzo, mientras organizaciones de derechos humanos denunciaban la «inconstitucionalidad» del gobierno del líder autoritario.

Lukashenko, que ha gobernado el país con mano de hierro desde 1994, seguirá gobernando hasta 2030.

Según la autoriridad electoral, bajo control del régimen, Lukashenko obtuvo más del 86 % de los votos en las elecciones presidenciales del 26 de enero, que fueron ampliamente condenadas como una farsa por los países occidentales.

«(Las elecciones) se celebraron en un contexto de profunda crisis de derechos humanos, en un clima de miedo absoluto causado por la represión contra la sociedad civil, los medios de comunicación independientes, la oposición y todos los disidentes», declararon en un comunicado conjunto 10 organizaciones de derechos humanos bielorrusas el 25 de marzo.

Lukashenko prestó juramento durante una ceremonia en la capital, Minsk.

Ese mismo día, cientos de simpatizantes de la oposición democrática bielorrusa se manifestaron en toda Europa, incluyendo Lituania, Polonia y la República Checa, para conmemorar el Día de la Libertad.

El 25 de marzo se conmemora el aniversario de la declaración de la independencia de Bielorrusia de 1918 y es una fecha tradicionalmente celebrada por la oposición bielorrusa, muchos de cuyos miembros han huido al exilio o han sido encarcelados por el régimen de Lukashenko.

En las elecciones presidenciales de enero, que excluyeron la presencia de medios internacionales y observadores occidentales, Lukashenko se presentó contra otros cuatro candidatos, todos los cuales apoyaban a su gobierno y sus políticas.

Lukashenko, quien ha estado en el poder durante tres décadas, desestimó todas las críticas a las elecciones, al igual que Rusia, el aliado más cercano de Minsk.

En 2020, estallaron protestas masivas tras unas controvertidas elecciones presidenciales que prolongaron el prolongado mandato de Lukashenko.

Estados Unidos, la Unión Europea y otros actores internacionales condenaron ampliamente las elecciones como fraudulentas.

Las protestas, que exigían la dimisión de Lukashenko, se vieron respondidas con detenciones masivas, presuntas torturas y violentas represiones que dejaron varios muertos.

Con informes de RFE/RL

martes marzo 25, 2025