Miembros de las fuerza de seguridad siria Foto: Alhurra
Las iglesias sirias condenaron el sábado las «masacres contra civiles inocentes», después de que cientos de personas murieran en tres días en el bastión alauita de Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres.
El observatorio informó que el número de personas muertas en hechos de violencia, ejecuciones y enfrentamientos en la costa siria ha aumentado a mil.
La costa occidental de Siria, bastión de la secta alauita a la que pertenece el derrocado presidente Bashar al-Assad, está habitada por minorías cristianas e ismailíes, en un país cuya población es predominantemente sunita.
La violencia estalló el jueves después de días de tensiones en la región de Latakia, la primera de esta intensidad desde que una alianza de facciones armadas lideradas por el grupo sunita Hayat Tahrir al-Sham tomó el poder el 8 de diciembre.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos registró el asesinato de más de 500 civiles alauitas en el oeste del país. El observatorio habló de «operaciones de liquidación de carácter sectario y regional» y de «ejecuciones sobre el terreno» acompañadas de «saqueos de viviendas y bienes».
Una declaración conjunta de los patriarcas ortodoxos griegos, ortodoxos sirios y católicos greco-melquitas decía: “En los últimos días, Siria ha sido testigo de una peligrosa escalada de violencia, abusos y asesinatos, que ha dado lugar a ataques contra civiles inocentes, incluidos mujeres y niños”.
Los Patriarcas «condenaron enérgicamente cualquier ataque a la paz civil» y las «masacres contra ciudadanos inocentes», pidiendo «el fin de estos actos horribles».
El viernes, la administración autónoma kurda que controla vastas zonas del noreste de Siria llamó a «todas las fuerzas políticas» a participar en un «diálogo nacional» para una «solución política integral».
Por su parte, el líder espiritual de la comunidad drusa, Hikmat al-Hijri, pidió el fin inmediato de la violencia cometida bajo «consignas sectarias».
Desde que tomó el poder, el presidente interino sirio, Ahmad al-Sharaa, ha tratado de tranquilizar a las minorías, llamando a sus fuerzas a ejercer moderación y evitar cualquier deriva sectaria, pero su posición no se aplica necesariamente a todas las facciones que operan bajo su mando, según los analistas.
Alhurra