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Siria perseguirá a los «restos» del régimen derrocado de Bashar al-Assad y los llevará a juicio, dijo el viernes el jefe de la fase de transición en Siria, Ahmed al-Sharaa, en sus primeras declaraciones después de la violencia en las zonas costeras del país.
Al-Sharaa se comprometió a seguir restringiendo las armas al Estado y a combatir todas las “armas sueltas”, e instó a los combatientes alauitas a entregar sus armas “antes de que sea demasiado tarde”.
Las autoridades sirias anunciaron este viernes la prolongación del toque de queda en las ciudades de Tartous y Latakia, en medio de los enfrentamientos que estallaron el jueves y son considerados los «más violentos» desde que Assad fue derrocado el 8 de diciembre.
Las batallas son un indicio de la magnitud de los desafíos que enfrenta el presidente de transición, Ahmed al-Sharaa, en términos de establecer la seguridad en toda Siria, con la presencia de facciones y grupos armados con diferentes referencias después de 13 años de devastador conflicto.
Al-Sharaa dijo: «Algunos remanentes del régimen caído están tratando de poner a prueba a la nueva Siria que no conocen… una Siria única y unificada de este a oeste y de norte a sur».
Continuó: «Hago hincapié en que las fuerzas de seguridad no deben permitir que nadie reaccione exageradamente… cualquiera que reaccione exageradamente contra los civiles tendrá que rendir cuentas estrictamente».
Dijo que la nueva administración siria sólo quiere «la mejora del país que ustedes destruyeron, y no tenemos ningún interés en su sangre», dirigiéndose a lo que llamó «los restos» del régimen de Assad que fue derrocado por las fuerzas de oposición el 8 de diciembre.
Las autoridades sirias anunciaron el viernes el lanzamiento de una operación de seguridad en la ciudad natal de la familia Assad.
«Nuestras fuerzas están llevando a cabo operaciones precisas y cualitativas en coordinación con las Fuerzas de Seguridad General contra las milicias del antiguo régimen que traicionó a nuestras fuerzas y a nuestro pueblo en la ciudad de Qardaha», dijo una fuente del Ministerio de Defensa, citada por la agencia oficial de noticias siria SANA.
Las fuerzas de seguridad sirias libraron batallas por segundo día el viernes para sofocar un levantamiento de militantes alauitas.
Durante el gobierno de la familia Assad, la comunidad alauita jugó un papel clave en el aparato de seguridad y la burocracia sirios.
Los alauitas afirman que han sido objeto de violencia y ataques durante este tiempo.
Según el informe, ahora el nuevo gobierno, liderado por grupos islamistas, está buscando reestructurar las estructuras gubernamentales, incluso mediante el despido generalizado de funcionarios afiliados al régimen anterior.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, informó que más de 180 personas murieron en los actos de violencia que se prolongan desde hace dos días en la región costera del oeste de Siria, habitada por un gran número de miembros de la minoría alauita.
Las autoridades sirias dijeron que la violencia estalló cuando hombres armados que respaldan al régimen de Assad lanzaron un ataque mortal «calculado» contra las fuerzas gubernamentales el jueves.
La violencia está socavando los esfuerzos del presidente sirio Ahmad al-Sharaa para consolidar el control de su administración, que está luchando por levantar las sanciones estadounidenses y enfrenta desafíos de seguridad más amplios, particularmente en el suroeste, donde Israel dice que impedirá que Damasco despliegue tropas.
La región rica en petróleo en el noreste del país permanece fuera del control estatal, controlada por un grupo liderado por kurdos y respaldado por Estados Unidos.
Alhurra