Mashalla Karami, el padre del manifestante ejecutado Mohammad Mehdi Karami (foto de archivo)
El poder judicial de Irán condenó a Mashallah Karami, el padre del manifestante ejecutado Mohammad Mehdi Karami, a seis años de prisión acusado de poner en peligro la seguridad nacional y «propaganda contra el régimen».
Los grupos de derechos humanos HRANA y Hengaw informaron del veredicto emitido por el Tribunal Revolucionario de Karaj.
Su abogado, Ali Sharifzadeh Ardakani, dijo que Karami aún no ha recibido oficialmente la decisión del tribunal.
Además, rechazó las acusaciones de fraude contra su cliente en las plataformas de redes sociales y señaló que los cargos relacionados de lavado de dinero y adquisición de riqueza ilícita aún están bajo revisión sin que hasta el momento se haya emitido veredicto.
Mohammad Mehdi Karami fue una de las nueve personas ejecutadas por la república islámica en relación con las protestas de 2022, en las que se produjo un malestar generalizado por las políticas gubernamentales.
Su ejecución en enero de 2023, vinculada al presunto asesinato de un miembro de la milicia Basij durante la agitación nacional, generó la condena internacional y puso de relieve la estricta represión del gobierno iraní contra la disidencia.
La sentencia dictada a Mashallah Karami también parece formar parte de una campaña de presión sobre las familias de los manifestantes ejecutados.
Mashallah Karami ha sido una figura vocal en el movimiento de protesta, a menudo visto en la tumba de su hijo en actos de recuerdo que han simbolizado la lucha más amplia por la justicia en Irán.
El gobierno ha sido acusado de aumentar la presión sobre las familias de las víctimas mediante detenciones colectivas y la convocatoria de las familias en duelo por parte de las agencias de seguridad con el objetivo de impedirles conmemorar las vidas de sus seres queridos, lo que el gobierno teme provocará más disturbios. .
El arresto de Karami y su posterior sentencia también subrayan los riesgos que enfrentan quienes continúan oponiéndose al régimen.
Muchos iraníes salieron a las calles en 2022 para protestar contra el descenso del nivel de vida y la falta de libertades.
El malestar creció tras la muerte de Mahsa Amini en septiembre de ese año. La joven de 22 años murió en circunstancias misteriosas mientras estaba bajo custodia policial por una presunta violación del uso del velo.
La represión ha provocado la muerte de aproximadamente 600 manifestantes, según informaron grupos de derechos humanos, y miles de arrestos.
El poder judicial iraní también ejecutó a varios manifestantes, inflamando aún más la protesta pública contra las duras tácticas del régimen.
RFE/RL